Pizza en la madrugada!!!

Son las 2:30 de la mañana y aún no me puedo dormir, por lo tanto, es el momento ideal para comer PIZZA!!

Ok no.

Ahora que te he engañado en entrar PORQUE AMAS LA PIZZA igual que yo, quedate a leer un poquito y tambien me amaras (Quizá no tanto como la pizza, pero sí que lo harás).

Pensando en la inmortalidad del cangrejo y todas las "inmensas" ideas que pasan por mi mente me puse a escribir sobre el por qué hacemos lo que hacemos. Es un tema un poco difícil, todos tienen motivos para hacer las cosas, porque, ¿Quien no hace algo sin motivo alguno?... Piénsalo muy bien... Nadie!

Quieres ligar, pues tratas lindo a ese alguien; quieres convertirte en "famoso", haces cosas un tanto (si no es que BASTANTE) tontas, sin ofender a nadie (aunque mi comentario no lo parezca); inclusive comer, comes por el hecho de que tu cuerpo lo necesita y lo sabes, ah! y porque no quieres que te de gastritis o algo por el estilo, no inventes, a quien le gustaría tener una enfermedad así o cualquier enfermedad (inclusive gripa... ¡te detesto gripa!).

A lo que quiero llegar es que a veces hay momentos en los que decimos o hacemos cosas de las que posteriormente nos arrepentimos. Las palabras, por ejemplo, pueden ayudarnos para salir de un broncón, como también para echarnos una patada y caer más duro. En lo que a mí respecta soy una personita un tanto ARREBATADA; eso significa que digo o hago cosas sí con un motivo, pero no siempre el adecuado (o por lo menos no para cuando la situación ya avanzó), es ahí donde cabe el arrepentimiento y pienso: "¿por qué no esperé a razonar lo que haría?" (O diría, según fuese el caso).

Yo sé que a muchos les sucede lo que a mi (a menos que me confunda porque tu vives en un universo alterno en donde todos son perfectos y tienen el cabello rosa) y que caemos en una frase que detesto con mi vida entera que es: "No sabía lo que hacía". Frase que siempre me respondo y respondo a los demás con un: "Pero qué CHINTETES con tu vida, sí lo sabías, solo no era lo mejor que pensabas".

En efecto, hacemos las cosas porque nos importa un comino lo que piensen los demás (a menos que seas inseguro, no seas parte de 2H o tu vida dependa de ello, cosa que veo complicada porque tu vida depende solo de ti), aunque a veces repercute para bien o para NO TAN BIEN. Es por eso que he decidido trabajar muy duro por cambiar el por qué de lo que hago, ahora antes de hacer cualquier cosa en mi vida no solo pensaré en ese instante ni en los sentimientos que estén pasando (muy buenos o muy malos), si no también en cómo afectaré a los demás con lo que haga o diga, pues no solo importo yo y nada mas yo, también importan los demás, ellos de alguna u otra forma están en mi vida por una razón (aprender de ellos) y por eso debo procurar cuidarlos de no lastimarlos por mi causa.

Te invito a ti, que como yo trato de cuidar con quienes convivo (sean grandes o pequeños, ricos o pobres, blancos o negros o amarillos, inclusive rosa), también hagas el esfuerzo por marcar la diferencia y antes de abrir tu boca o realizar una acción, pienses el por qué y la consecuencia que traerán a tu vida y a la de aquella persona.

Toma buenas decisiones para luego no arrepentirte de momentos feos.

Recuerda que los buenos aún somos más y que las buenas acciones trazan el triunfo, pero las malas la derrota.

¡¡¡Seamos vencedores!!!

Los amo.